martes, 25 de agosto de 2009

Se va



Los tiempos se aceleraron. La andanada de billetes resultó irresistible. Y esa valija, armada desde la finalización del pasado Clausura ya tiene destino de check in, a nombre del pasajero Gonzalo Bergessio. Sí, pasaron propuestas formales e informales, hasta que, este fin de semana, la del Saint Etienne movió la estantería. No tanto al grupo inversor que apoya a San Lorenzo y es dueño de la mitad de la ficha del atacante (la otra mitad es del empresario Raúl Delgado), sino al círculo íntimo del jugador. Vaya uno a saber por qué, el delantero fue seducido por el club francés y se movió rápidamente para pedirle a Marcelo Tinelli y compañía que lo dejaran emigrar. Es claro que Francia no es Dubai, pero Lavandina pasará a las filas de un equipo que marcha último en la liga de su país, poco tiempo después de haberse negado a mudarse al Al Ain, porque, alegaba, quería estar dentro del campo visual de Diego Maradona, soñando con Sudáfrica 2010. Ya fue. Por seis millones de euros, esa maleta será desarmada del otro lado del Atlántico.


El vértigo fue el hilo conductor en esta novela. Ni bien Tinelli terminó de decir el domingo a la noche, en Hablemos de San Lorenzo, que "ha habido una oferta por Bergessio de un club francés, pero en principio no tenemos nada que satisfaga las pretensiones de San Lorenzo", los enviados de Saint Etienne subieron la apuesta. Y el punta, de 24 años, también. Así, los 5.250.000 euros ofertados inicialmente se transformaron en seis millones, equivalentes a 7.800.000 dólares, según las cotizaciones de ayer. Mientras los llamados se sucedían, el representante del futbolista negociaba personalmente con los franceses el contrato por tres años, del que no trascendieron cifras, y se abría la puerta del pedido formal de salida. Claro, Bergessio venía viendo cómo una y otra vez se le esfumaban las chances de volver a Europa por no tener pasaporte comunitario y ahora aparecía en escena un equipo con cupo disponible para sumar extranjeros. No podía dejar pasar esa chance. Por eso formuló la solicitud, que se topó con un no rotundo, lo que generó tensiones, a sabiendas que dentro de un año el jugador podía quedarse con el pase en su poder. Gustavo Ranucci, integrante del grupo aportante, intentó frenar la movida pero no hubo caso. Bergessio ya tenía decidido irse. Su deseo de revancha en Europa (no le fue bien en Benfica) y el lugar disponible en Francia lo indujeron a armar la valija y esperar el llamado de su agente.


A regañadientes, en Boedo ven partir a su as de espadas, quien tal vez ni vaya hoy al entrenamiento, ya que esta noche misma podría viajar a Francia. Ahí intentará sacar a flote a un Saint Etienne que perdió los tres partidos que jugó. Ese será, ahora, su lugar en el mundo...


De esta manera, el Ciclón pierde a uno de sus más importantes jugadores, titular indiscutible. Y solo queda por decir: gracias, y buena suerte, Bergessio!

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