
No es capricho de Diego Simeone haberle pedido a los dirigentes que sí o sí retengan a Gonzalo Bergessio. Más allá del pasado que funcione como garantía, más allá de un gusto especial, el presente de Lavandina es la prueba más cabal de que San Lorenzo, ya no Simeone, necesita contar con el delantero en su plantilla. Ayer, por caso, el punta convirtió su tercer gol consecutivo, y estamos hablando, encima, de goles clave, el 2-1, agónico, que dio vuelta a Gimnasia en La Plata, y el 1-1 que revivió a un Ciclón brisa versus Boca, más el de anoche, un 1-0 que abrió el camino a la goleada que terminó confirmando la remontada de San Lorenzo desde que el Cholo tomó el mando, invicto mediante.
Bergessio hizo el primero, es cierto, pero no fue éste su único aporte al equipo: el tercer gol, el segundo de Fornaroli, llegó luego de una corrida de ésas típicas de Lavandina, 50 metros en segundos clavó el punta antes de asistir al uruguayo. Qué tul... Además, siempre molesto, siempre difícil de marcar, siempre al choque y yendo a todas y cada una de las pelotas se mostró el delantero, quien tiene vínculo vigente con el club hasta junio, y luego habrá que negociar con el grupo inversor dueño de su pase una renovación del préstamo si es que desde Europa no aparece ninguna oferta irresistible.
Hoy, por lo pronto, mientras disfruta de ser el goleador del Ciclón (seis tantos), Gonzalo se presentará en el predio de Ezeiza para ponerse a las órdenes de Diego Maradona. Y deberá prestar especial atención, ya que el miércoles, de no aparecer ningún imprevisto, Lavandina será titular en la delantera argentina junto a José Sand para enfrentar a Panamá, en Santa Fe.
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