miércoles, 16 de septiembre de 2009

Con el último aliento



Rivero y el Kily González. El rapidito Sebastián González. Menseguez, Romagnoli, Bordagaray. Y Romeo. San Lorenzo fue al frente como un toro. Y Diego Simeone agotó todas sus fichas. Un cambio más ofensivo que el otro. Porque San Lorenzo necesitaba ganar, necesitaba un gol, porque haber conseguido un grito como visitante le permitía clasificarse para la siguiente fase de la Sudamericana. Y fue, fue, fue, con su eléctrico entrenador al borde del campo de juego. Y de tanto insistir, alguna vez iba a quebrar a un arquero que parecía imbatible, a unos centrales concentradísimos, a dos laterales que parecían tener ojos en la nuca para cerrar cada jugada. Pintos mandó el centro, Fabián Bordagaray se anticipó a San Román y definió de derecha. Faltaban cinco minutos....

Fue suficiente. Tigre, en la segunda mitad, jugó como si siempre faltaran tres minutos para el final. San Lorenzo supo reponerse a la expulsión de Menseguez (patadón innecesario), quien había ingresado por el Papu Gómez. En el balance, la victoria es más que justa. Romeo tuvo un par de situaciones para convertir, anuladas en forma brillante por Ardente.

Ahora a San Lorenzo lo espera Cienciano, de Perú. La cita es el miércoles, en el Nuevo Gasómetro. ¿Será otra noche de locos?



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